Una coproducción de hace 40 años, no tenía prevista su edición en formatos domésticos. Esos se los reparten ahora otras empresas, las distribuidoras, y cada pista de audio vale dinero. El que pidan los propietarios de esos doblajes hechos hace 40 años. Si fueran gratuitas, a buen seguro que más de una distribuidora hambrienta los incluiría sólo para poder exportar más copias.