¿Y quién ha dicho que a mí me moleste su post? Ya he dicho que su devoción me despierta simpatía. Y, desde luego, su elegancia está muchísimos grados por encima de la de la editora por la que bebe los vientos, como ya hemos visto por los aportes del compañero que mostró cómo se las gastan en twitter, estos mismos días (no en el pasado). Lástima que no tenga argumentos sólidos para defenderlos.
Diegomp, también tienes todo mi apoyo.