También el espíritu de la película hace que el tipo de fotografía sea distinto. En Manhattan estamos ante planos maravillosos y casi poéticos de ese Nueva York que enamora a cualquiera con algo de sensibilidad.
En Annie Hall, la ciudad no es el personaje (al menos principal, porque siempre aparece).
Por cierto, que otra que adoro, y que creo, o al menos, yo sitúo, a medio camino entre la poesía del lugar y el tiempo y las neuras de los personajes que lo habitan, es Hannah y sus hermanas.
Me parece igualmente espléndida, y tal vez, sea la película que más veces he visto de Allen en mi vida.