En una semana todo el que la compró la tendrá en casa. Lo pienso desde que se empezaron a intuir los posibles retrasos. Que estos realmente no iban a ser importantes. Una semana no es nada.

La edición es impresionante, y se quedará ahí, observándonos desde un lugar privilegiado en la estantería durante muchos años.

Yo me quito el sombrero ante el carácter tan excepcional de esta edición en fondo y forma. Incluso cuando tiene un par de detalles que a mi me parecen mejorables. Y todo lo ha hecho una distribuidora que no es una major, con los medios de los que dispone.

Creo que siempre se puede hacer mejor, pero no mucho. Habría que vernos a nosotros manejando este percal.