¿Ese post no debería ir más bien en "¿cinefilia o cinefobia?"?... Ja, ja, ja...
No, en serio Dinamita; no te preocupes, que no es nada grave lo que te pasa. Todo cinéfilo puede pasar por graves momentos de desinterés y apatía hacía sus queridas obras favoritas, y sentir de repente la vida vacía. No significa nada, sólo que probablemente el momento para reencontrarte con la historia no era el momento, no llovía afuera con la suficiente fuerza, o tu incansable mente de cinéfilo empedernido estaba llena de otros problemas mundanos.
Por un malentendido así, un mal paso de una noche de tarascadas, no vas a perder en tu memoria los preciosos recuerdos aportados por la historia, ni vas a dejar de amarla como lo has hecho hasta ahora.
Como puede pasar también con las amantes de carne y hueso, ninguno estamos exento de experimentar esos "momentos vacíos", que lo que tienen de bueno es hacer más perdurable aún el recuerdo venidero, y el amor eterno que le profesaste, profesas, y profesarás a la película.
No decaigas y sigue confiando en Seven.
Volverá a poblar tus pesadillas más entrañables.
Te volverás a reencontrar con ella y con su magia en el momento y el día menos pensado, cuando la lluvia o la nieve caigan con la cadencia adecuada.
Te entiendo, y he captado la profundidad de tu post y tu abatimiento inesperado, sólo en apariencia banal.
Muchos vamos en la misma barca del cine, compañero.

