Me animo a participar en este debate, que también me interesa mucho.

Comparto bastantes cosas de las que planteáis, tanto los defensores de lo clásico como los que creen que magnificamos lo pasado. Sí me parece cierto que la falta de curiosidad, como habéis nombrado antes, es importante, pero más lo es, creo, la presencia de un guía, de un motivador. Creo que el cine es imprescindible en la educación, tanto en la cultural como en la emocional. Para ello, hace unas generaciones teníamos a nuestros padres para compartir con nosotros el gusto por el cine clásico, entendido como buen cine, y un medio, la televisión, que se encargaba de que fuese difícil que te perdieras esos títulos. Conozco amigos que defienden que se educaron en el cine gracias a la televisión.

Y ahora nos encontramos con que tenemos más oferta pero menos diversidad. Y los que deberían hacer de guías se limitan a su teléfono móvil y renuncian a compartir esa experiencia con sus hijos, los cuales se van a su habitación con el suyo; esto generalizando, aunque no es menos cierto que conozco a muchos adolescentes que ya han cumplido quince años que aún no han visto su primera película en blanco y negro si no se la han puesto en el colegio.