Aparte de la sensibilidad o el sentimiento que cita Diodati, en ese niño hay un interés tal vez por lo desconocido, por la aventura...simplemente por la portada "tan chula" con ese pedazo de bicho, que se va a comer a alguien. Como digo, el adentrarse por parajes inhóspitos, a esas entrañables edades, tiene su morbo. Y es algo hermoso, desde luego.