Al final a todo se le saca pegas para tener una excusa para no comprar. Si fuera más barata, le pondrían pegas a cualquier otro aspecto. El precio es caro, sí, pero si no lo fuera dirían que David Lynch se ha esmerado poco. Que un producto así merece algo mejor.

Que lleve libros, camisetas, objetos y demás incluidos. Pero más barato. Todo sea para calmar ese enanito que todos llevamos dentro. Cuando lo que realmente queremos es coger un carro y arrasar con todo lo que haya. Un coleccionista arrepentido de pagar es como un pescador arrepentido de tirar el sedal para coger un solo pez.

Hay peces y peces. Y este pez de esos que uno posa orgulloso en su despacho y que le hace sacar todas las venas del brazo y cuello para sujetarlo.