El nivel de chapuza está alcanzando cotas estratosféricas. Una editora medianamente seria no debería incurrir en poner a la venta material defectuoso un día sí y otro también. Volvemos a lo que hemos denunciado tantas veces: no hay el menor control o cuidado del material que se edita, todo queda supeditado a que, tras salir al mercado un lanzamiento, el torpe de turno declare "¡anda, se me olvidó incluir la pista del audio original!".
Es impresentable.