Fue un cúmulo de circunstancias. Es cierto que "Licencia para matar" no tuvo la taquilla ni la recepción esperada por críticos y fans, y se decidió dejar algo de tiempo para la siguiente (Dalton tenía contrato para otra película más). Pero la productora con la que EON tenía firmada la exclusividad de la saga Bond, MGM/UA, entró en una grave crisis financiera que impidió que se pusiera en marcha la tercera de Dalton, aunque ya se estaba trabajando en un guión (en el que Bond viajaba a China). Se tardó tanto (6 años, más que con ninguna otra película de Bond) que al final Dalton renunció al papel. También le pudo influir que en MGM/UA dudaban de su tirón comercial, y estaban deseosos de contratar a Brosnan, que ya había sido elegido para "Alta tensión", pero tuvo que abandonar porque la cadena que emitía "Remington Steele" le obligó a cumplir su contrato. A pesar de todo, el productor Cubby Broccoli confiaba totalmente en Dalton y lo quería para "Goldeneye" (de hecho, como decía, se escribió el guión para él), pero al final todo se puso en contra.