Una experiencia que os resultará tristemente común:
Ayer dando una vuelta por
ECI, vi que tenían
La Dama de Shanghai de Welles, editada por Feel Films. No sabía que se había editado y me dio un vuelco de emoción.
Una consulta vía móvil a internet, y de repente se me quitaron las ganas y toda alegría: ¡otro maldito
BD-R!

Si hubiesen editado en prensado, me la hubiese llevado, independientemente de los oscuros orígenes del máster.
Lo peor de todo, que a los cinco minutos, veo a un individuo que la coge y le advierto del fraude. A lo que me salta: —
me da igual, se tiene que ver de puta madre— Acto seguido se fue a pagarla. Menuda cara de tonto se me quedó, al ver las exigencias de algunos consumidores. Por desgracia, la mayor parte.
Así nos va, e irá...