Sin palabras, esa es la verdad.
Que nadie espere una cinta de grandes emociones, porque no lo es ni lo busca. Es una película sobre la vida y la madurez; sobre cómo somos, al final, resultado de nuestras vivencias, malas o buenas. Y ya aviso que a muchísimos va a decepcionar, porque realmente no cuenta nada relevante a niveles cinematográficos; es el conjunto el que importa, monumental.
Romita2 acierta al definirla. Es ÚNICA. Y en calidad docente, de una dimensión astronómica. Bellísima (que no emotiva, insisto) y de una profundidad que sólo se contempla cuando sales, respiras y te das cuenta de que una vida real ha pasado, en casi tres horas, ante tus ojos.
Una película extraordinaria. Lo dicho, no tengo palabras.