Carrie.

Aquí De Palma se centra más en la narrativa clásica que en sus habituales juegos con las expectativas y sus set-pieces. Un in-crescendo en toda regla con 4 pinceladas tópicas de cada personaje y una trama sencilla sin aspavientos, muy bien Sissy Spacek y la definición de su personaje y demasiado exagerada y obvia la madre, para reventar y explotar a lo grande en un clímax que da sentido y justifica toda la película, De Palma pone toda la carne en el asador y se recrea tanto en el previo a lo Hitchcock y su bomba bajo la mesa (ese cubo de sangre), como en el post con una orgía claustrofóbica de puro terror.

Con todo; crea en Carrie un icono del teen-horror adolescente gracias a una elegante puesta en escena y a unas imágenes finales muy poderosas.