Vestida para matar:
De Palma vuelve a una historia completamente suya y se nota. La mirada de Caine cuando rechaza las insinuaciones, el juego de espejos, el salvaje erotismo de Dickinson (muy conseguida y original en su parte dramática), el arranque (magnífico contraplano desde la ducha) y cierre oníricos. Al igual que en Doble Cuerpo, mezcla muy bien el desenfado cuasi cómico de algunos personajes con el thriller, el drama y el puro terror.
Dota a la película de su habitual estructura hitchcokiana y tiene una parte hacia el inicio soberbia, sin casi mediar palabra durante media hora en la que encadena las fantásticas secuencias del museo y del ascensor, con un cambio de protagonista a modo de relevo en el ascensor introducido con mucha elegancia.
La escena del metro tampoco les tiene nada que envidiar. Da muchísima intensidad a las consultas de Caine e introduce con habilidad la trama policial. Muy curioso sería un estudio del papel secundario de los policías en los thrillers de De Palma.
Conste que ésta la había visto hace años y la recordaba tramposa, pero hoy volviéndola a ver me doy cuenta de que lo asume desde el primer momento sin intentar engañar a casi nadie, basta ver la reacción del psiquiatra cuando Caine le va a visitar.
Perfecciona Hermanas y se erige como su cima Psicosis particular, por encima también de Raising Cain