Exacto.
Esto puede ser una bomba visual (¡y aterradora!) en manos del De Palma más barroco. Si te fijas, Fincher, el mismo está escribiendo el guión, cómo en sus películas más personales y a diferencia de en Domino. Eso y el hecho de que haya recurrido a su productor habitual desde que está afincado en Francia hace pensar que, sea lo que sea lo que haya ocurrido con su anterior película, no quiere que se repita.
Una cosa si es segura: tendrá libertad creativa absoluta, algo que en USA no hubiese sido posible, al menos no con este tema tan delicado.
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