Abro hilo sobre esta serie escrita por Juan Madrid y Pedro Masó, y que TVE estrenó el 2 de noviembre de 1989. En su momento vi la primera temporada (yo tendría 12 años), no sé si entera, pero sino, bastantes episodios seguro. La secuela idem. Y más tarde vería alguna reposición de ambas temporadas. Hay que señalar que ambas temporadas, aunque mantenían al protagonista (Imanol Arias) eran distintas: la primera, que es la que voy a comentar, trata sobre un grupo de policías de élite en el Madrid de finales de los 80 y la segunda sigue a uno de sus personajes en una operación internacional. Pueden verse por separado incluso.

Mi idea es revisar la primera temporada, de 14 episodios, la que más recuerdo y más me gustó. No sólo para revivirlo sino para, claro, atajar esa enfermedad llamada nostalgia o mitificación. Brigada Central es casi la Miami Vice española: la policía nacional monta un grupo especial de policías de élite en el Madrid de 1988-1989 (ignoro si se rodó entera antes de su emisión o no) para investigar casos de alto nivel: narcotráfico y demás.

1. Flores, el gitano, es el primero episodio. No está mal. Entramos a saco con una secuencia de créditos que me encanta y resume muy bien la filosofía de la serie: fondo negro, letras rojas presentando cada actor (cada episodio aportará una foto distinta de cada personaje lo que, en la práctica, nos da 14 intros distintas) con una música tremenda de Anton García Abril, algo casi tétrico, seriote, con un tono castizo, como algo de los toros o similar pero aún así no me suena cutre sino potente, como delatando el submundo de delincuencia muy seria y peligro mortal de esos policías.

Tras un pequeño prólogo en el que se ve la formación del grupo, transcurre un año y entramos en acción. El episodio tiene un caso mínimo sobre el que basarse (un político de alto nivel al que se le acusa de narcotráfico y consumo) ya que la idea es presentar la acción, personajes y trama básica. Es una serie episódica pero hay una organización criminal que veremos de vez en cuando. Esta es la responsable de la heroina que busca el grupo especial en este episodio. Su jefe de operaciones, Sousa (Féodor Atkine), responde ante un jefe absoluto al que la serie esconde su rostro: un tipo mayor en una mansión en el mar (y esto ocurre en Madrid así que Sousa se pega buenos viajes para ir a informar).

Los policías son un grupo de unas 10 personas lideradas por un comisario (Poveda) en funciones de director de departamento y por un Inspector Jefe (Flores) que actúa como líder de operaciones y campo. El resto son unos seis policías, 5 hombres y 1 mujer, que formal el grupo de acción. El episodio tiene un momento para varios de ellos pero sin profundizar mucho: uno tiene una vida nocturna animada, el otro es un alcohólico que se ha pasado con un detenido, el otro (José Coronado) un policía culto y finote que es muy Ricardo Tubbs de Miami Vice y se apunta una tensión latente entre Pacheco (Patxi Andion) y el Flores en un personaje que claramente no acepta su papel de gregario. La chica del grupo, Carmela (Isabel Serrano), es una policía de armas tomar, un personaje por entonces habitual en TV y cine cuando se pretendía dibujar un papel femenino en un cuerpo policial: es dura, fuerte y a años luz del cuadro habitual de una chica contemporánea. A mi ya me va (soy muy de Jessica Jones, Wynonna Earp y demás, y eso es totalmente presente) y siendo 1988-1989 era normal. Ella tiene un lío con un alto mando el cual, tras la negativa de Carmela, amenaza con hacerle la vida imposible.

Pero la chicha del episodio se la lleva Flores, un Imano Arias tan intenso, serio y malhumorado como la serie en si. Y es que en BC todo el mundo grita, todo el mundo está en tensión y hay una intensidad dramática excesiva aunque no me molesta: es la propuesta de la serie y cuadra con una situación así en la vida real. Sin embargo el personaje de Poveda (José Manuel Cervino) y su secretaria (Emma Ozores) tienen una vis cómica, sobre todo la segunda, y la mezcla es rara.

Flores es un líder trabajador y aplicado, demasiado, con poca empatía pero un líder protector con los suyos y muy machote. En este episodio vemos su doble lado: el de padre de 3 niñas y esposo de Julia (una bellísima Assumpta Serna), donde todo marcha regular en clara tradición de series policiales, y el de hijo/familiar de un clan gitano. Lado que detesta porque no se considera un igual, jugando ahí con la idea de que ha terminado siendo policia y eso no le conlleva buena relación con ellos. Por ese lado salta una segunda trama/arco (junto a la de Sousa) que convierte esta serie en algo bastante moderno al ser episódica pero tener un arco o varios que ocurren en varios episodios.