Pasada de vueltas, no reinventa la rueda y se hace disfrutable, que es lo minimo.
David Leitch cumplidor, sin demasiadas aspiraciones, con un reparto de carisma mas que de memorabilidad en cuanto a personajes, aunque en su reconocimiento a Brian Tyree Henry y Aaron Taylor-Johnson como ese duo de asesinos o las pintas de Michael Shannon, amen a la profesionalidad y entereza de Hiroyuki Sanada dentro del caotismo del producto... Brad Pitt se lo paso teta en un rol de pringao de niveles epicos. En su totalidad, una cinta de accion mas que loable y de escasas pretensiones en este mundo de cintas tan centradas en franquiciar que en otra cosa, que puede pertenecer a ese oasis de cine desacomplejado que tanta falta hace.