Para mí hay un componente extracinematográfico. Me ha retornado a esos momentos de la infancia en los que me tumbaba a la sombra de mi terraza para leer uno tras otro todos los álbumes, mientras unas chavalas me llamaban para salir con ellas. Hubo tiempo para todo, pero primero estaba Tintín, el gran amigo de mi infancia/adolescencia.