Los títulos tiran para atrás, sí. Es como si provinieran de otra fuente distinta.
En cuanto al género, yo lo situaría en una de esas arcadias, como la que retrataba Guareschi en sus cuentos menos politizados ambientados en la ribera del Po. Lo que sí que tenía claro Berlanga desde el principio es la vigencia de la amenaza atómica.
En la visión humanista de la película seguro que tuvieron bastante que ver Leonardo Martín -esponsable literario también de Los chicos, de Ferreri- y Florentino Soria -que participó en La vida alrededor, de Fernán-Gómez-, los dos compañeros de estudios de Berlanga en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. Desconozco hata donde llegaron las aportaciones de Flaiano.
Y el reparto, efectivamente, señor Pilgrim, es primoroso. Pena que Alexandre no se doblara a sí mismo.