Pues el típico musical acuático de Esther Williams... esta vez con menos canciones de lo habitual, pero con los ingredientes típicos de sus películas: una trama romántica, una orquesta famosa (Xavier Cugat nada menos), un par de galanes disputándose su amor (R. Montalban y P. Lawford)...

Es agradable de ver y de escuchar, aunque no es de los más espectaculares de la estrella; personalmente me ha gustado bastante más la presencia de una joven e incipiente Cyd Charisse (atención a sus dos números de baile).