Creo recordar que, por aquellos tiempos, Bava atravesaba serios problemas matrimoniales -tenía una amante- y, además, no se sentía nada cómodo rodando ese tipo de película, completamente alejada de su estilo habitual. Imagínate la ilusión del bueno de Bava de poder trabajar con Price... en una insulsa parodia de las pelis de espionaje tan de boga en la época