A uno le resultaron patéticos los tres finales... o Emilio Aragón empeñado en ser Spielberg (que tampoco es santo de mi devoción).
Ya me he mojado; no me tire más de la lengua, don alvaroooo.
A uno le resultaron patéticos los tres finales... o Emilio Aragón empeñado en ser Spielberg (que tampoco es santo de mi devoción).
Ya me he mojado; no me tire más de la lengua, don alvaroooo.