Ese es el mismo pretexto que todas las editoras utilizan para lanzar chapuzas al mercado: "no existe o no hemos podido acceder al material adecuado, asi que preferimos editarlo mal". Y así tenemos ediciones infectas con formatos amputados, sin subtítulos o con imagen casi ininteligible.
Hay algunas ocasiones, cierto es, en que los materiales originales están muy deteriorados; pero, en muchos otros casos, es muy extraño que no existan mejores copias de algunas películas cuando estas circulan por televisiones y por internet, como se puede comprobar.