Como bien dice Bela, más que la calidad cinematográfica de los cortos, que es muy inferior a las etapas Essanay y Mutual, prima su peso histórico, pues en ellos Chaplin poco a poco crea su inmortal personaje. Hay curiosidades, no obstante, como sus apariciones sin maquillar, mostrando su auténtico rostro, sus interacciones con otro gran ídolo como fue "Fatty" Arbuckle o su gran afición a travestirse en mujer en algunos títulos, con resultados sorprendentes. Creo que en estos 34 cortos no hay ninguna obra maestra, pero su visionado es placentero y muy recomendable para fans del cine mudo en general. Estamos ante un trozo importante de historia en celuloide.
P.D.: Espero, Carlos, que te recuperes pronto del accidente ferroviario. Piensa que peor lo pasó Farley Granger en Extraños en tren. Son los daños colaterales que has pagado por la visita a San Fernando y la mariscada diodatiana.