Si tengo que escoger, diría que me gusta más que In the Mood for Love, que es una película más suntuosa, sofisticada y compleja pero sin ese punto de intensidad y pasión loca por el cine (y por la vida) que irradia Chungking Express. Curiosamente la vi por primera vez en 2021, unos buenos 27 años después de su estreno, y aunque el cine se puede decir que era un poco más ingenuo en aquella época, me cuesta pensar en referentes realizados con tal cantidad de energía y de ilusión. Si además le sumamos que sale Tony Leung Chiu-wai, que el director de fotografía es Christopher Doyle y la película contiene imágenes de su propio apartamento, y que el título y parte de la inspiración argumental viene del célebre edificio en Kowloon, para los obsesos enfermizos de Hong Kong es una película imprescindible. Me encanta.