Fíjate lo a gustito que estuvimos hablando de nuestras tonterías aquel día en Sitges. Nos olvidamos de la crisis, de la mala ralea, de las injusticias. Ah, nuestros cuentos de hadas para adultos... Qué bueno mantener vivo al niño interior.
Es que no hay nada más agradable que realizar tertulias rodeado de buena gente que encima comparte gustos y hobbys personales,es lo mejor para desconectar.