Carnival of Souls (Herk Harvey, 1962)
Ayer vi por primera vez la original, no el bodrio producido por Wes Craven. Fue el único largometraje de Herk Harvey, al igual que otras insólitas islas del género como La noche del cazador, Sucesos en la IV fase o Los asesinos de la luna de miel. A pesar de contar con un presupuesto irrisorio, sus artífices construyen una atmósfera fantasmagórica, lánguida y decrépita siempre al servicio de un ingenioso guión con giro que luego sería reciclado por Shyamalan, Amenábar, Gary Sherman y tantos otros. En algunas partes el ritmo decae y resulta demasiado naíf (el cortejo entre la protagonista y su vecino), pero son males menores para un título que ya ostenta la merecidísima categoría de culto. La recomiendo en una sesión doble junto a Arde, bruja, arde de aquel mismo año.