Motel Hell (Kevin Connor, 1980)
Una juguetona propuesta donde habitan dos géneros: la parodia voluntaria al cine de terror más icónico (Psicosis, La matanza de Texas) y el Gótico Americano que inundó las pantallas en los 70. Su director ya había tocado el género con Cuentos de ultratumba, y aquí se atrevió con un film de regusto más bizarro, que incluye un puñado de personajes excéntricos encabezado por el veterano Rory Calhoun y Nancy Parsons, humor chusco, fotografía granulada, instantes demenciales (¡esa sesión de hipnosis!!) y una traca final gloriosa con duelo de motosierra y cabeza de cerdo. No es un film que marcó el género, pero resulta una propuesta divertida e irreverente en un importante momento de transición que tuvo la osadía de desmarcarse de la seriedad imperante. Al César lo que es del César.