PASAJE PARA UN COCHE FÚNEBRE (1980) de George Bowers.

Pequeña peliculita de terror, cuya concepción de romanticismo macabro y libre de excesos de tipo alguno (algo en desaparición por aquellos años), la hace más simpática de lo que su formulación al borde del telefilm, lo haría en un principio. Suspende en IMDB pero tiene algunos fans acérrimos (a mi hermano por ej. le chifla ) y estas calificaciones que le dan me parecen un tanto excesivamente negativas, más teniendo en cuenta la cantidad de, para mi gusto, apestosos films de horror que obtienen notas de 6 o hasta 7 en webs como esa o similares.
No, no es una maravilla, pero es una agradable ghost story con mujer de traslado de la ciudad a la casa en el campo de su fallecida tía, y donde comienzan a ocurrir vagas incidencias más o menos relacionadas con brujería y las inexplicables apariciones nocturnas de un coche fúnebre a la puerta de casa; historia muy clasicota beneficiada por la presencia de la prota interpretada por Trish Van Devere (me encanta esta mujer, se que debe ser cosa personal mía … aparece también en “Al final de la escalera”), por ese –ya dicho- fondo romántico perverso y alguna escena genuinamente creepy (con el coche y una onírica). Final de esos “abiertos”, vaga, supuestamente “crípticos”. En fin, nada del otro mundo, pero me pareció bastante aceptable. Quizá me ha influido mi hermano. Y la Van Devere