No estaba mal, pero a mí también me parece superior la de Cloverfield.
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"Como te ves, yo me ví, como me ves te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás."
Osario de Wamba
THE VOID (2016) de Steven Kostanski and Jeremy Gillespie
Bodrio veo que bien recibido en ciertos lugares (al parecer gustó bastante en Sitges 2016), seguramente debido a las siempre bienvenidas alusiones a Lovecraft y al uso de efectos especiales físicos. Está muy bien eso, lástima que la historia y su desarrollo, los personajes y la realización, sean tirando a infames. “Hellraiser” y hasta “El más allá” de Fulci, son geniales comparadas con este producto que pretende guiño-codazo (a esas mentadas, y a Cronenberg, Carpenter etc). Para mi gusto aburrida, solo con algún apunte suelto curioso.
MARK OF CAIN (1985) de Bruce Pittman
Psycho-thriller de terror, de inspiración tonal “La Noche de Halloween”, con la clásica historia de gemelos, uno de ellos maligno. El realizador de la mejor entrega de la saga “Prom Night” (“Hello Mary Lou, Prom Night 2”), que no es decir mucho, dirige este pseudo-slasher barato, con intenciones apoyadas en el suspense clásico (no truculencia, foto nocturna más oscura que cueva de Mordor y presunto carácter atmosférico opresivo de casa aislada en medio de la nieve) e inevitable giro final. Es poca cosa, aunque los hartos de adolescentes, gore y desnudos de los slasher típicos, igual encuentran un alivio aquí.
Lo cierto es que a mi también me aburrió sobremanera The Void, y eso que maneja ciertos referentes que la hacen atractiva (desde Carpenter y Lovecraft a Clive Barker y Lucio Fulci). Pero todo queda en agua de borrajas.
El exorcismo de Emily Rose (Scott Derrickson, 2005)
He revisitado esta curiosa fusión entre drama jurídico y terror sobrenatural tras más de una década sin verla. Me sigue pareciendo bastante interesante, sobre todo el planteamiento que rehúye del típìco elemento fantastique sin renunciar a cierta atmósfera aterradora. El reparto es de lujo, con Laura Linney y Tom Wilkinson a la cabeza, sin olvidar la excelente actuación de Jennifer Carpenter y la solvencia de Campbell Scott. He leído sobre el caso real en el que se basa y es bastante inquietante, creo había material para llevarlo más al límite. Este film inició un aluvión de films sobre exorcismos a cada cual más infumable.
EL LIBRO DE LAS SOMBRAS - BLAIR WITCH 2 (2001) de Joe Berlinger
Extraña secuela o falsa secuela, en cuya trama el director hace que el primer film sea conscientemente una pelicula para los personajes, acercando y apropiándose de la historia, pues Berlinger es un más o menos afamado realizador de documentales sobre adolescentes, relativos a problemas de adaptación, drogas y delincuencia. Con BW2 intenta algo parecido partiendo de la ficción (para enfado e incredulidad de fans del original), tomando a unos cuantos jóvenes, cuya atracción y fascinación por el primer Bruja de Blair, hace que se acerquen a los lugares, los bosques de filmación de aquella y se de rienda suelta a psicopatologías varias. Lamentablemente el experimento queda al final en tierra de nadie, no es ni un incisivo retrato psico-social ni una original película de género. Es una cosa tibia y convencional. Lo mejor, la fotografía y atmósfera teñidas de inquietantes colores otoñales.
Última edición por Frank Zito; 29/04/2017 a las 01:42
White God (Kornél Mundruczó, 2014)
Respuesta arty al subgénero fantástico que enfrenta al hombre con la naturaleza. Es complicado catalogar un film que nunca encuentra su tono, se mueve entre el comentario social y el suspense minimalista. Hay veces que menos es más, pero en este caso la lentitud y la ausencia de diálogos juegan en contra. Resulta pretenciosa durante todo su metraje y se salva por ese simbólico final, supongo que su autor quería acercarse al Perro Blanco de Fuller o a Los pájaros de Hitchcock antes que a Cujo de Lewis Teague. Otra cosa es que lo haya conseguido.
XX (2017) de Karyn Kusama, Jovanka Vuckovic, St. Vincent y Roxanne Benjamin
Cuatro historias de terror dirigidas por mujeres y, como suele ser habitual en estos ómnibus, con un resultado muy irregular (cuando son regulares, es a la baja). Con un “hilazón” entre historias, usando stop-motion al estilo Jan Svankmajer, tenemos: “La caja”, el mejor de todos, un segmento notable que, partiendo de una premisa absurda y “sin respuestas”, consigue una alta cota de mal rollo gracias a una estupenda puesta en escena de inquietante frialdad; “La fiesta de cumpleaños”, aburridilla y sin la gracia que, sin duda, su autora pretendía; “No te caigas”, la más de “terror convencional”, con una historia similar a la estimable “Primal (2010)”, pero en bastante peor; y “Su único hijo vivo”, de la directora del sleeper “La invitación (2015)”, con un resultado aceptable, que deja al menos una sensación de corrección al visionado final de la cinta.
Secuestradores de cuerpos (Abel Ferrara, 1993)
Firmada en la mejor etapa de su director, esta tercera versión (o adaptación) de la novela de Jack Finney conserva el tenebrismo visual y la crítica soterrada tan habitual en su filmografía. Sin embargo, no aporta demasiadas variaciones respecto a las anteriores. Aquí el elemento subversivo es que la infección se propague desde una base militar, lo cual resulta irónico. Los FX son discretos pero están bien dosificados y el reparto incluye a una jovencita Gabrielle Anwar, Meg Tilly como madastra inquietante, R. Lee Ermey (el sargento de La chaqueta metálica) o Christine Elise (popular aquellos años gracias a Muñeco diabólico 2 o Sensación de Vivir). El final pirotécnico lastra el conjunto, supongo que fue por concesiones comerciales. Merece un visionado aunque está a años luz de las versiones de Siegel y Kauffman.
Hounds of love (Ben Young, 2016)
Un film que nos retrotrae a la crudeza de Los asesinos de la luna de miel, Deranged, La angustia del miedo o Henry, retrato de un asesino, aunque aquí su director opta por no mostrar los detalles más escabrosos de la historia, en las antípodas del "torture-porn". Tiene ciertos modos de docu-horror y consigue un ambiente enfermizo entorno a su pareja protagonista (sobresale Emma Booth). A retener dos momentos a ritmo de Moody Blues y Joy Division que no te dejarán indiferente. Quizás sobra cierta estilización visual (las escenas a ralentí sacadas de un videoclip) en un film de esta naturaleza, pero el dominio de la narrativa de Ben Young en su debut es sorprendente. Otra demostración del talento emergente en el cine australiano.
El Padrastro 2 (Jeff Burr, 1989)
Vuelve el padre de familia que todos querríamos en esta secuela que se propone romper con toda lógica posible. Resulta que nuestro (anti)héroe antes de escaparse del manicomio adquiere los conocimientos de su psiquiatra por arte magia. Con una nueva identidad se dedica a ejercer dicha profesión ayudando a mujeres divorciadas. A su consulta acude nuestra heroína Meg Foster (ya sabeis la mítica actriz de la "mirada azul") y él se las apaña para conquistarla y formar la familia tradicional que anhela. La pelea final en pleno enlace matrimonial es tronchante. Si no se es exigente resulta divertida, teniendo en cuenta una factura algo descafeinada típica de su época. Lo mejor lo encontramos, como no, en su reparto: Meg Foster, Caroline Williams (recordada por su "Stretch" en Masacre en Texas 2 y también presente en otras secuelas de género como Halloween II de Rob Zombie,Leprechaun 3, Hatchet 3 o Sharknado 4) y el malogrado Jonathan Brandis (muy en boga por aquel tiempo gracias a It, La historia interminable 2 o Todo por mi chica.