He visto dos films considerados "menores" de dos reputados directores que nos dejaron antes de tiempo:
El sótano del miedo (1991) es un Wes Craven a redescubrir. Un film que nos habla de gentrificación, deshaucios, racismo, incesto, maltrato infantil... A principios de los 90 no eran temas de actualidad, por lo que podemos considerar a Craven como un visionario, además de renovador del género en tres décadas consecutivas. Es cierto que tener a un protagonista infantil le resta algo de crudeza, y a ratos parece Los Goonies, pero la pareja de villanos es formidable (los muy lynchianos Everett McGill y Wendy Robie) y tienes apuntes realmente escabrosos. Sin ser un gran clásico, es merecedora de estar entre lo mejor de su director.
La tutora (1990) es un curioso cruce entre thriller doméstico y folk horror. Su aspecto televisivo y actores de derribo le restan impacto, los mejores tiempos de William Friedkin quedaban lejos. En su recta final opta por el desmadre y el protagonista parece el Ash de Evil Dead con su motosierra, pero no logra levantar un film rodado a desgana y sin el vigor que caracterizaba a su director.
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