Que conste que el "post-code" es una milonga y solamente sirvió para alimentar infelicidadess, desvaríos varios y moldeador de depresiones. ¡En pantalla, el arbolito de Navidad y cantando villancicos en Familia!, ¡fuera de la pantalla, las orgías continúan y Sodoma y Gomorra

! Qué hipocresía, cuánta cerrazón y qué falso puritanismo (luego a chismorrear con las columnistas de turno). Menos mal que la censura alimentó la imaginación y los dobles sentidos, pero se perdió picardía y trangresión, eso sí, no me imagino una realidad alternativa en la que en un film de los años 50' la Monroe y su pareja de film se quiten todo y manos a la obra; quiero decir, que no lo hubiese comprado ya que me atrae más lo insinuado o muy inisnuado con buen gusto que lo más explícito. Ahí sí que estoy con muchas opiniones de actores y actrices de la vieja escuela cuando llegó el destape y el espatarramiento.....
Very boring.... Myrna lo clava.