La primera es la genuina de los Trotamundos del baloncesto. Vaya película para chavales. La vi de niño en la tele. Incluso se volvía dramática la trama. Los montajes actuales tienen menos magia. Me gustaría recuperar esa vieja y entrañable película, y poder recrearme con los malabarismos del Ganso Peyton.
La segunda es más película. Se trata de un quid pro quo en el terreno del crimen...