2. Los primeros planos de Nina, tan subjetivos, que hace que nos pongamos en su piel, en su cabeza y en su corazón. También nosotros, como ella, llegamos vírgenes a esta historia, y también, llega un momento en que no somos capaces de reconocer lo que es verdad de lo que no. Lo más chocante es que hasta cierto momento, nos importa (aún no hemos caído en el descontrol absoluto) pero después, ni pensamos en ello, pues ya no tiene sentido: lo importante es hacer el papel de nuestra vida (realmente, ese papel glorioso ya comenzó tiempo antes, con toda la transformación, y lo que vemos al final, es solo la derivación de todo lo anterior).