Por favor, Kei, deja que te coma el coco un pelín. ¡No te la pases doblada! Por lo que más quieras, no lo hagas. Oír la voz de Lugosi con diálogos como: "For you, my friend, they are the angels of death!" es inconmensurable.
Ah, y dale las gracias al que te ragaló el tochazo zombiófilo.