También es autor de la obra teatral en la que se basa The Heartbreak Kid, con Charles Grodin y Cybill Shepherd. Es una comedia intrascendente que se ve con agrado. Pero ver salir del agua (con traje de baño, por desgracia) a una Cybill Shepherd con veintidós años ya merece el precio de la entrada.
Creo que están preparando una nueva versión dirigida por los hermanos Farrelly, pero esa escena es irrepetible.