La original sólo hay manera de saberla si se dispusiera de una copia original en nitrato de celulosa, material autoinflamable, altamente peligroso y retirado como soporte -salvo en los voltios de los archivos, para su conservación- desde principios de la década de los cincuenta.
Durante los años diez y veinte fue práctica común pero desapareció de la circulación en el momento en que se implantó el sonoro porque los tintados afectaban a la banda de sonido.
Por otra parte, se encuentran de vez en cuando negativos de exportación en los que los rollos han sido fragmentados en función del tintado que llevaran, lo que unido a algunas indicaciones escritas ha permitido descifrar algunos efectos. Luciano Berriatúa, especialista en Murnau, contaba cómo se encontró separado en dos un plano de Nosferatu en el que una ventana se abría. Una vela se apagaba entonces. La primera parte del plano debía ir en ámbar, la segunda, en azul. El efecto es de una expresividad asombrosa.
Lógicamente las copias tiradas en laboratorios convencionales a partir de los años treinta perdieron este efecto y, en muchos casos, incluso, supusieron un recorte del cuadro que nos impide ver las cabezas de los personajes en algunos títulos de la época.
En cuanto a las prácticas actuales, las desconozco. Soy del año de maricastaña, don venerando