A mí me ocurre todo lo contrario. Bueno, no exactamente. Me gustan las películas como se concibieron en su época. O sea, ver a La novia de Frankenstein en blanco y negro y a La maldición del hombre lobo en color. Pero es que aquí no he notado nada especial, salvo el efecto de haberse anulado el color y punto. Por eso lo decía.