Ese es un viejo tema de debate.

Cuando Karma (o Cameo, o cualquier otra) se prestan a distribuir un producto concreto, deberían saber qué están ayudando a difundir y deben aceptar una parte de responsabilidad en el proceso. Son ellos los que colocan esas ediciones en el mercado, los que colaboran con el negocio (profesional o chapucero, honesto o no) de esas otras empresas.

¿Acaso no conocen en absoluto la mala calidad de los productos que distribuyen? ¿Nosotros, que no somos del gremio, estamos al tanto de la deplorable actividad de estas editoras, y ellos la desconocen por completo, hasta el punto de colaborar sin darse cuenta en una actividad, supuestamente, de dudosa legalidad?

Esto vendría a ser como si una empresa de otro sector distribuyese coches, aspiradoras, libros, embutidos, etc, de pésima calidad, de deficiente funcionamiento (o directamente ilegales), alegando que no tiene ni idea de lo que se trae entre manos. Hombre, siendo profesionales, alguna idea de lo que están haciendo deben tener (aunque sólo sea por referencias), vamos, digo yo.