Y es que repetí una y otra vez que con lo estomagántemente romántico que era Ted, cosas como esa pedida de mano rápida en un faro no cuadraban ni con el personaje ni con la serie, que incluso el anti-amor Barney había tenido una petición de mano mil veces más apoteósica. Por otro lado desde el inicio estaba claro que el amor de Ted fue Robin, la relación de amor de la serie después de Marshall y Lilly (quizá la mejor relación de pareja jamás vista en una serie) y que aunque a estas alturas y tras incluso cansinos reintentos de retomarla o que Ted no quisiera rendirse u olvidar, parecía un tema olvidado, lo rematan de la mejor forma posible.
Cierto es que para ello pasan por encima de la mujer muerta , que puede parecer frívolo pero a mi me han parecido acertados los saltos temporales en el capítulo final y no hubiera sido lo mismo dedicarle una temporada como alguno pedía a todo ello. Que la madre era una excusa queda definitivamente claro con dos grandes detalles del episodio. Por un lado que la historia de la madre era una forma de pedirle permiso a los hijos como ellos mismos dicen y sobretodo por esa magnífica y maravillosa escena donde ella, vestida de novia y pese a que dicen que el día de su boda, la novia colma todas las atenciones, se aparta para coger la cámara y tomar una instantánea de los verdaderos protagonistas.
Para terminar, leo algunos que se quejan por el dramatismo. La serie ha tenido momentos cómicos pero también dramáticos, no es un cambio repentino. Con pocos momentos me he emocionado más en los últimos años (y sigo haciéndolo cada vez que lo veo) como cuando Lilly deja a Marshall o la primera anuncia al segundo que su padre ha muerto. La serie habla de la vida, no de finales felices y en la vida hay gente que muere, matrimonios que se divorcian, pandillas que se distancian...
Soberbia también la forma de cerrar la trama de Barney. Y si no había posibilidad de un mejor capítulo de cierre, no había una posible escena final mejor que Ted con la trompeta azul y Robin asomada con sus perros.