Revisionada esta noche, la película me ha vuelto a enganchar y eso que ya me conocía el pastel. Lo dicho, me parece un film muy medido, que no aburre, bien interpretado y que creo que sabe crear sensaciones usando localizaciones, ya sean naturales, urbanas (esos planazos de Barcelona) o usando obras arquitectónicas tan interesantes como el pabellón de Alemania para la exposición de 1929 de Bracelona, obra de Mies van der Rohe.
Y mención aparte para la Lennie que, para mí, como siempre, está genial (A ver si me vuelvo a ver también esas joyitas que son Las furias y María (y los demás)
Saludos