Sé que no es el lugar adecuado y algún moderador me puede tocar los cojoncillos, pero el señor James Mangold tiene el concepto de la realización cinematográfica tan cerca de su "áurea" intelectual como Michael Bay la capacidad de convertir una historia a través de imágenes en arte.
En Identity roza la genialidad, pero ¿Qué pasa cuando se roza la genialidad y no se toca? pues que la película se convierte en una sucesión de tomas con sobredosis de "traqueteos" de cámara (este no sabe quien era John Ford) y acaba desfilando a borbotones previsión, incertidumbre injustificada y deslíz suspicaz.
Como no me gusta decir solo cosas malas de la gente (este es gente sin lugar a dudas) lo mejor que hizo fué descubrir a una Liv Tyler que está más buena que un cocido de Liébana en la "infravalorada" justamente) Heavy.
Salu2.