Correcta cinta de Eastwood.

Aquí ya no hay mala leche ni crítica alguna (bueno, tal vez una) y sí cierta candidez. La película fluye en su sencillez sin grandes cambios en el arco de los personajes.

Supongo que de ahí vienen las críticas negativas, aunque me parece una evolución coherente respecto a Gran Torino o Mula, pues aquí no estamos ante el mismo tipo de protagonista, sino ante uno que ya ha aprendido todas las lecciones de vida y las comparte sin resquemor.

Visualmente también resulta más cálida que sus anteriores películas, gracias al trabajo de Ben Davis.

Estaría más cerca de Bronco Billy que de Sin Perdón.


Qué queréis que os diga, me esperaba algo peor y la he disfrutado como el resto de su filmografía.