Es la eterna cuestión de si hemos de juzgar a un artista o creador del tipo que sea por su obra o por su persona. Si entramos en las custiones personales, Chaplin me parece que no sale muy bien parado, y no solo por esta cuestión de la copia (que por lo que a la música de "La violetera" me parece, ciertamente, de juzgado de guardia, pero no lo veo tan claro por lo que al film de Clair respecta). En tiempos de polémica hollywoodiense por los casos Weinstein o Spacey, la vida privada de Chaplin también tiene más sombras que luces, me temo.