Asombroso. Me gustaría poder llegar a hacer algo algún día que se acercara a los diseños de Wrighston. Si bien creo que pecan de un feísmo excesivo, técnicamente son soberbios. Aunque por otra parte, creo que el tipo de estética que beneficiaría más a Frankenstein en una película seria algo próximo a los pintores del Romanticismo alemán (un Friedrich, un Kersting, un Carosfeld...). Kenneth Branagh y Gonzalo Suárez ya intentaron hacer algo parecido, pero en mi opinión sólo acertaron a medias...
Este es un tema que ya ha salido. Como ya ha salido la conveniencia de dotar o no a los clásicos del horror gótico de un envoltorio más moderno. Ya he expresado varias veces mi opinión al respecto. Se han intentado hacer versiones con ambientación moderna de Drácula, de Frankenstein, del Fantasma de la Ópera...En mi opinión, cada vez que se ha intentado hacer esto, el resultado, salvo algunas excepciones (el Drácula de Browning, el de Patrick Lussier -aunque sólo sea por lo maravillosamente sexy que sale Gerard Butlery por las aportaciones bastante interesantes que hacen a la mitología vampírica- RoboCop, Blade Runner, A.I. en el caso de Franken, El Fantasma del Paraíso con Erik...)... ha sido un desastre. Creo que la literatura gótica pide ambientación gótica, y si se la quitas, te estás cargando la magia de la historia. Como dijo no sé qué escritor, con la invención de la luz eléctrica se extinguieron los fantasmas. No me imagino un Drácula en una nave espacial (se ha hecho, sin embargo
), como no me imagino Star Wars ambientada en el siglo XVIII, o Ben-Hur en el período de entreguerras. Las historias góticas te piden parafernalia gótica: bosques nebulosos, noches de tormenta, gañir de lobos, viejos castillos, iglesias en ruinas, candelabros encendidos, revoloteantes capas negras, gárgolas de piedra y pasadizos secretos. La gracia de estas historias es que pasan en un mundo que tenía cierto encanto poético que ya no existe, pero que apelan sin embargo a cosas que están en el subconsciente de todas las gentes, en todas las épocas. A esas partes de nosotros más oscuras y que por lo general ocultamos, silenciamos y no queremos ni ver ni dejar que otros las vean. Drácula, y su castillo poblado por vampiros psicosexuales habla del miedo al extraño, a las conductas que desestabilizan la sociedad; Dr. Jekyll de esos vicios y pecados inconfesables que se ocultan hipócritamente bajo una apariencia de respetabilidad;Frankenstein del temor a crear algo que nos supere y que no se pueda controlar; El Fantasma de la Ópera de cómo para crear algo bello hay que sufrir, y cómo todo lo que es aparentemente hermoso y perfecto tiene también un lado horrible y desconocido; el Hombre lobo de los peores instintos animales, y sobre cómo inadvertidamente se puede dañar o destruir lo que más se quiere cuando estos instintos afloran... Verdaderamente, no entiendo por qué este género está ahora tan sumido en el olvido...Se podría haber hecho un Drácula cojonudo en los ochenta con el trasfondo del Sida; más recientemente, un Frankenstein con todo el trasfondo de la ingeniería genética, o un Fantasma con todo el tema de los abusos sexuales que están saliendo en la industria del espectáculo.
En mi opinión, la única película realmente interesante que produjo el breve revival gótico de los 90 fue la infravalorada Mary Reilly de Stephen Frears. Soy de las personas que en el Drácula de Coppola no ven más que una colección de tontunas disfrazadas de genialidades. El Frankenstein de Kenneth Branagh tendría que revisarlo, pero recuerdo que no me gustó nada y que le vi parecidos defectos. Para mí, una versión interesante en clave moderna (en cuanto al subtexto, que no la ambientación) de Drácula fue la muy minusvalorada de John Badham, y su revisión, en clave actualizada, del Drácula de Browning. Qué quieren que les diga, encuentro mucho más interesante y simpática ésa Lucy Seward que, como la Bella de Cocteau, declara que le encanta ser asustada que esa Mina gazmoña y ñoñita de Coppola que lee el Kamasutra a escondidas, y que finge horrorizarse.
Tampoco guardo buen recuerdo del Nosfer de Herzog, me parece que adolecía de males parecidos al Drácula de Coppola, principalmente, el empeño del director por contarnos cosas que ni por asomo estaban en la historia original, pero sin la genialidad del de Murnau, al que se limitaba a copiar servilmente y sin gracia.
El expresionimo es otra cosa. Al contrario que el gótico (en cuanto a fenómeno literario), es un movimiento típicamente contemporáneo, si bien hunde sus raíces en el siglo XIX, y en cosas aún más antiguas. Quizá se ha exagerado el uso de este término en relación con el cine y las aportaciones de Alemania durante este período. Películas realmente expresionistas hubo muy pocas: quizá sólo El gabinete del Dr. Caligari, Von morgens bis mitternacht y Wachsfigurenkabinett. Yo prefiero hablar de primitivo cine fantástico alemán. Pero es evidente que tuvo una gran influencia en películas posteriores, y que los realizadores americanos, en especial, los de los años 30, supieron aprovechar muy bien las lecciones aprendidas en los clásicos teutones silentes: películas como La novia de Frankenstein, El hombre que ríe, La sombra de Frankenstein, La isla de las almas perdidas, El doble asesinato de la calle Morgue...no se entienden sin haber visto primitivo cine alemán...
Perdón por el nuevo off-topic, pero es un tema fascinante (para mí por lo menos).




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. Me gustaría poder llegar a hacer algo algún día que se acercara a los diseños de Wrighston. Si bien creo que pecan de un feísmo excesivo, técnicamente son soberbios. Aunque por otra parte, creo que el tipo de estética que beneficiaría más a Frankenstein en una película seria algo próximo a los pintores del Romanticismo alemán (un Friedrich, un Kersting, un Carosfeld...).
y por las aportaciones bastante interesantes que hacen a la mitología vampírica-
), como no me imagino Star Wars ambientada en el siglo XVIII, o Ben-Hur en el período de entreguerras. Las historias góticas te piden parafernalia gótica: bosques nebulosos, noches de tormenta, gañir de lobos, viejos castillos, iglesias en ruinas, candelabros encendidos, revoloteantes capas negras, gárgolas de piedra y pasadizos secretos. La gracia de estas historias es que pasan en un mundo que tenía cierto encanto poético que ya no existe, pero que apelan sin embargo a cosas que están en el subconsciente de todas las gentes, en todas las épocas. A esas partes de nosotros más oscuras y que por lo general ocultamos, silenciamos y no queremos ni ver ni dejar que otros las vean. Drácula, y su castillo poblado por vampiros psicosexuales habla del miedo al extraño, a las conductas que desestabilizan la sociedad; Dr. Jekyll de esos vicios y pecados inconfesables que se ocultan hipócritamente bajo una apariencia de respetabilidad;Frankenstein del temor a crear algo que nos supere y que no se pueda controlar; El Fantasma de la Ópera de cómo para crear algo bello hay que sufrir, y cómo todo lo que es aparentemente hermoso y perfecto tiene también un lado horrible y desconocido; el Hombre lobo de los peores instintos animales, y sobre cómo inadvertidamente se puede dañar o destruir lo que más se quiere cuando estos instintos afloran... Verdaderamente, no entiendo por qué este género está ahora tan sumido en el olvido...Se podría haber hecho un Drácula cojonudo en los ochenta con el trasfondo del Sida; más recientemente, un Frankenstein con todo el trasfondo de la ingeniería genética, o un Fantasma con todo el tema de los abusos sexuales que están saliendo en la industria del espectáculo.
, pero es un tema fascinante (para mí por lo menos).
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