La terminé ayer y me ha parecido una recreación impresionante, presta tanta atención al asesino como a sus padres y a las víctimas. A destacar del caso la indiferencia e ineptitud policial, haciendo caso omiso a las advertencias de la vecina y el racismo imperante que evitaba abrir una investigación de los desaparecidos. El acabado formal es brillante y los actores hacen un gran trabajo, destacando un perturbador Evan Peters y secundarios de altura como Richard Jenkins, Molly Ringwald y Niecy Nash. El sonido es realmente desasosegante (¡Esos cantos de ballena!!) y la canción "Please Don't Go" adquiere una inesperada connotación siniestra. Se le critica que no es explícita en el tema de la violencia sexual, pero considero que muchas veces es más inquietante no mostrarlo y dejarlo fuera de campo, su modus operandi ya es suficientemente conocido. Sólo con pensarlo se me hiela la sangre.

El primer capítulo es mucho mejor que cualquier película de terror que vemos en salas ahora mismo. Se palpa la tensión y el ambiente malsano está muy conseguido. El sexto capítulo también es una maravilla. La serie se beneficia mucho en tener detrás a profesionales del calibre de Jennifer Lynch, Carl Franklin o Gregg Araki. Hay apariciones especiales de otros famosos asesinos en serie como Gacy o Ed Gein que me recordó a la gran serie inconclusa de Fincher Mindhunter, con la cual tiene más de una similitud. Dos series imprescindibles cuya calidad está por encima de la media de Netflix.