En el libro de Chris Rodley sobre Cronenberg (David Cronenberg por David Cronenberg), él mismo lo comenta (página 74):
SaludosAsí que Canadá estaba realmente coja en ese punto. No había cine de la imaginación. Cuando mire a mi alrededor, buscándolo, lo más parecido que pude encontrar fue Cinepix, una empresa pequeña que operaba fuera de Montreal. Básicamente habían sido distribuidores muy cutres, y lo digo con mucho cariño: eran mi gente. Distribuían cine porno blando de Europa, aunque porno no es realmente la palabra adecuada. [...] Cuando contacte con Cineprix, ya habían hecho otro par de películas de cine erótico muy dulce, amable, lujurioso, con un montón de tetas, realmente unas tetas grandiosas. Sus películas eran exhibidas en cines con públicos de pago.