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Al fin y al cabo, somos poco más que un conjunto de experiencias, recuerdos, apetencias y sentimientos, y el pensar que alguien, o algo, pueda usar nuestro cuerpo y nuestra mente para fines ajenos a los nuestros sin que en ello participe nuestra voluntad siempre nos resultará una agresión: esa es la base de este tipo de películas y el porque resultan efectivas. Puede incluso que las intenciones del invasor no sean, desde su punto de vista, dañinas o perjudiciales (hay un relato de ciencia ficción que reescribe la película "La cosa" de John Carpenter bajo el punto de vista del alienígena, por ejemplo, y donde la cosa nos pone a caldo a los humanos

).
Incluso en la versión de Kaufkman de los ultracuerpos uno de los infectados asegura que su intención es que todos los seres humanos renazcamos en un mundo libre de problemas. Es un tema que funciona mejor ahí que en Shivers, pues en los ejemplos citados, la amenaza viene del exterior y es siempre incomprensible, mientras que aquí la amenaza ha sido creada por el propio ser humano.
En el caso de Vinieron de dentro de... el rechazo está aún más acentuada al estar mezclado de por medio el sexo, que es hoy todavía (aunque parezca mentira) un gran tabú en muchos aspectos.
No me cabe duda de que para los infectados, su enfermedad es una liberación a compartir, mientras que para los no infectados, siempre será una agresión.
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