Cita Iniciado por Charles Lee Ra Ver mensaje
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Al fin y al cabo, somos poco más que un conjunto de experiencias, recuerdos, apetencias y sentimientos, y el pensar que alguien, o algo, pueda usar nuestro cuerpo y nuestra mente para fines ajenos a los nuestros sin que en ello participe nuestra voluntad siempre nos resultará una agresión: esa es la base de este tipo de películas y el porque resultan efectivas. Puede incluso que las intenciones del invasor no sean, desde su punto de vista, dañinas o perjudiciales (hay un relato de ciencia ficción que reescribe la película "La cosa" de John Carpenter bajo el punto de vista del alienígena, por ejemplo, y donde la cosa nos pone a caldo a los humanos ). Incluso en la versión de Kaufkman de los ultracuerpos uno de los infectados asegura que su intención es que todos los seres humanos renazcamos en un mundo libre de problemas. Es un tema que funciona mejor ahí que en Shivers, pues en los ejemplos citados, la amenaza viene del exterior y es siempre incomprensible, mientras que aquí la amenaza ha sido creada por el propio ser humano.

En el caso de Vinieron de dentro de... el rechazo está aún más acentuada al estar mezclado de por medio el sexo, que es hoy todavía (aunque parezca mentira) un gran tabú en muchos aspectos. No me cabe duda de que para los infectados, su enfermedad es una liberación a compartir, mientras que para los no infectados, siempre será una agresión.

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Hay una diferencia capital entre los diversos films sobre los ladrones de cuerpos y Shivers, y es que los body snatchers substituyen a los humanos, los eliminan, aunque en ese proceso conservan al menos parte de sus recuerdos, algunos aspectos de su personalidad, pero las víctimas ya no son ellas mismas, lo que se les propone es vivir vicariamente por medio de los vegetales ladrones de cuerpos. En cambio, en Shivers se produce una simbiosis, el humano no desaparece, se transforma.

Así veo yo también la diferencia entre infectados y no infectados. Para el no infectado, es decir, el humano, los parásitos son una agresión. Pero una vez infectado, el humano ya no es solo humano, tiene en su interior al parásito, que le transmite esa efervescencia sexual, ese desenfreno. Un asunto interesante es: ¿cómo se organizaría esa sociedad que tiende a la orgía, al desenfreno, a la omnisexualidad? De momento, cuando abandonan Starline a bordo de sus coche middle class parecen muy modositos y ordenados.