Vista Rabia.

Nunca hago ningún resumen argumental previo porque mi análisis siempre va dirigido a aquel que ya ha visto la película, así que entraré en materia directamente después de recordaros que, como siempre, publico la crítica sin haber leído ninguno de vuestros comentarios y sin haber buscado información más allá de la película en sí con los riesgos que esto supone; ya que uno siempre puede hacer el ridiculo con una interpretación errónea, y también, como ya ha pasado alguna vez, situarse a ciegas en lugares susceptibles de polemizar sin querer hacerlo.

Pero como creo que es honesto, demuestra respeto, y puede servir para aprender y escudriñar un poco más la película, continúo haciendo lo mismo.

Como lo que tratamos de hacer es un análisis de la obra de Cronenberg, lo primero que tengo en cuenta a la hora de valorar una de sus películas es el trabajo previo realizado por el director. Luego, al acabar de verla, identifico inquietudes o características que se repetirían más tarde, abordándolas con mayor o menor fortuna, pero que acabarán por conformar el carácter, el estilo y la personalidad de su cine.

Así que me encuentro con Rabia después de haber visto Stereo y Shivers.

Nada más empezar, cuando vemos a los motoristas, a la familia perdida en la caravana, y a los médicos hablando en el despacho; podemos comprobar como ya de entrada nos pone tres lineas argumentales paralelas que suceden al mismo tiempo, con un montaje pretendidamente dinámico y mucho mejor compactado que en Shivers.
Este detalle es importante porque a lo largo de la película manejará varias lineas argumentales paralelas que tendrán relevancia de manera interdependiente, que le obligarán a hacer un tratamiento de montaje, ritmo y atmósfera determinados que funcionen tanto por separado como en conjunto y combinación. Pero lo sorprendente es que las maneja excepcionalmente bien, lo que refleja un crecimiento exponencial excelente en cuanto a dominio técnico por todo lo que ello conlleva.

La fotografía está mucho más cuidada. Hay cambios de perspectiva en los planos que acrecientan su expresividad; como contrapicados para representar a los personajes; sutiles escorzos prácticamente inexistentes en Shivers que ayudan a dar profundidad de campo; o cortos y sutiles travelings que logran, esta vez sí, ampliar la sensación de espacio y de lugar. La iluminación esta utilizada con sentido narrativo, y dependiendo de la escena, se utiliza de una forma u otra para darle fuerza a la imagen; tanto en interiores como en exteriores, tanto en momentos tranquilos como tensos, la iluminación trata de señalar el carácter imperante de la escena.
Todo parece estar hecho con sentido.

Aparte de jugar con el claroscuro (muy apropiado para el tono de la película), también se observa la voluntad de jugar con el color. Hay algunas escenas donde determinados colores impregnan la imagen y se convierten en protagonistas. Como por ejemplo un verde intenso en un momento donde cierto personaje va a salir por el hall de un edificio, o cuando la protagonista pasea por las calles y observamos algunos letreros con luces de neón.

Las interpretaciones, en general, aunque dejan mucho que desear, creo que están un poco por encima de las de Shivers.

Desde un punto de vista técnico a mi me ha parecido que esta muy lejos de su antecesora, y aunque podría seguir enumerando algunos logros conseguidos, también podría describir grandes defectos de los que adolece; aunque no lo voy a hacer. En lo que queda de critica prefiero centrarme en su fondo, que ya de por sí es el aspecto más débil de la cinta.

Curiosamente, el gran dominio técnico que alcanza en la película no le sirve para conseguir buenos resultados.
Aunque la historia pretende ser poliédrica (alguuuna vez consigue algo), al final resulta ser pobre y plana. Lo mas interesante, para mí, es la polaridad de la protagonista, que siendo la principal responsable de la epidemia y estando a merced de sus nuevos instintos, se ve incapaz de luchar contra sí misma y decide huir para alejarse del problema y/o para seguir contagiando y extender la enfermedad.
Pero esta polaridad a la que hago referencia es pobre. No veo demasiada lucha interna que refleje psicológicamente el sufrimiento del personaje que la conduzca a lugares interesantes de contrición; aunque reconozco que al menos la dota de la capacidad de ser autoconsciente por momentos y le da algo más de profundidad de lo normal, siendo probablemente el personaje más rico fabricado hasta el momento.
Luego ya están el resto de personajes que sirven únicamente para ver como se va extendiendo la epidemia por la sociedad salvo el novio, que es el elemento que nos sirve para disgregar la parte humana del monstruo de Rose (Marilyn Chambers), que hasta ella es incapaz de dilucidar y reconocer durante el transcurso y al final de la película; tratando de interpelar al espectador toscamente con esa escena final que pretende dejar mal cuerpo, pero que a mí por lo menos me deja indiferente.

Como no quiero alargarme más, acabo diciendo que aquí Cronenberg, de una manera mucho mas elaborada, vuelve a recurrir a patrones ya utilizados en Shivers. Creo que sigue utilizando el erotismo y la sexualidad para construir una historia de suspense que pueda impactar en el espectador coetáneo, aunque esta vez, inteligentemente más cercana a La invasión de los ultracuerpos que la anterior. Tratando de huir de la estética de serie b con una historia y una puesta en escena más compleja y elaborada, pero con tibios resultados que contra todo pronóstico la sitúan por debajo de Shivers como obra artística. ¿Como es posible que suceda esto si técnicamente es evidentemente mejor? Pues porque Rabia se esfuerza por dar rodeos durante toda su trama para, inexorablemente, acabar demostrando la evidencia; que está vacía.

... o al menos, no tan llena como Shivers.

(Por cierto, no he dicho nada de la música, y esta adquiere una relevancia más importante y está utilizada con mejor eficiencia que en Shivers para crear tensión. Claro que, también es verdad, siempre señalo sus virtudes en base a lo hecho previamente y no como a obra única, independiente, y/o atemporal)

La próxima, para mí, Cromosoma 3.