EL ESPÍRITU BURLÓN (Blithe spirit, 1945):




Simpática comedia sobrenatural en la que Lean adapta una de las obras teatrales de su amigo y colaborador Noel Coward (quien no quedó nada satisfecho con el resultado), en la que un novelista ve peligrar su actual matrimonio cuando el fantasma de su primera mujer decide apalancarse en su casa. Todo ello en un contexto de triángulo romántico y guerra de sexos, con los protaonistas tirándose los trastos matrimoniales a la cabeza, diáloos de enredo y réplicas a tres bandas y cierto tono de ironía crítica hacia una clase media-alta estirada. Y quién mejor para un estirado escritor que un Rex Harrison aún treintañero y muy convincente en su papel, aunque quien roba la película es esa Margeret Rutherford como una versión pasada de rosca de la espiritista de Poltergeist.

Lean estaba aquí en su tercera película, todavía bajo la tutela espiritual de Coward, y como se veía en su etapa inglesa sigue huyendo de la teatralidad que podrían provocar los orígenes de estas películas; usa una puesta en escena sencilla pero sin dejar dormida la cámara y creó con el director de fotografía unos efectos especiales eficientes basados totalmente en maquillaje, vestuario y manipulaciones de luz in situ de la propia fotografía. Divertida, con ritmo, agradable de ver y con un final cínico y poco complaciente al tono light que podría esperarse.